Era tecnológica
Las últimas décadas han visto un desarrollo vertiginoso
de la tecnología. Ésta se encuentra cada vez más presente en la vida cotidiana
de los seres humanos. De ahí que se hable de la llegada de una nueva etapa en
el devenir histórico, llamada “era tecnológica”.
Qué duda cabe, los beneficios que está trayendo la tecnología son muchos y muy importantes. ¿Quién podría imaginarse las grandes ciudades sin el recurso a la electricidad y a los productos electrónicos? ¿Quién dejaría de lado los notables avances en materia de salud? ¿Quién puede menospreciar lo útil que resulta el computador, y las posibilidades que ofrece Internet?
Pero junto a los beneficios, no se puede negar que están surgiendo problemas nuevos ligados al desarrollo tecnológico, y algunos de ellos con peligros y consecuencias gravemente dañinas para el hombre. Tomando en cuenta esta compleja realidad es que se afirma que la tecnología es esencialmente ambigua. Los productos tecnológicos pueden ser diseñados para bien o para mal, y asimismo pueden ser usados con fines nobles o con objetivos perversos.
Mas información Qué duda cabe, los beneficios que está trayendo la tecnología son muchos y muy importantes. ¿Quién podría imaginarse las grandes ciudades sin el recurso a la electricidad y a los productos electrónicos? ¿Quién dejaría de lado los notables avances en materia de salud? ¿Quién puede menospreciar lo útil que resulta el computador, y las posibilidades que ofrece Internet?
Pero junto a los beneficios, no se puede negar que están surgiendo problemas nuevos ligados al desarrollo tecnológico, y algunos de ellos con peligros y consecuencias gravemente dañinas para el hombre. Tomando en cuenta esta compleja realidad es que se afirma que la tecnología es esencialmente ambigua. Los productos tecnológicos pueden ser diseñados para bien o para mal, y asimismo pueden ser usados con fines nobles o con objetivos perversos.
Por
otro lado, si bien es cierto que “la técnica con sus avances está transformando
la faz de la tierra”, como se señala en Gaudium et spes, algunos han asumido
posiciones extremas, afirmando que la tecnología es el principal y decisivo
factor de cambio social y cultural. Esto se aprecia tanto entre quienes exaltan
a la tecnología como entre quienes la critican. Es común que se califique a quienes
se ubican en estos dos extremos como tecnófilos y tecnófobos. También los han
llamado integrados y apocalípt icos, siguiendo una terminología que popularizó Umberto Eco en los ’60.
Ambas posiciones le dan a la tecnología un lugar demasiado protagónico, cayendo
en lo que se puede calificar como un tecnocentrismo. En los primeros su
entusiasmo por la tecnología los conduce —directa o indirectamente— a un
evidente absolutismo tecnológico. Para ellos la tecnología se presenta como la
actividad más importante y como la panacea para solucionar todos los males y
problemas del ser humano. Pero este vicio también puede atrapar a quienes se
aproximan críticamente a la tecnología y a sus efectos, como parece estar
sucediendo con no pocos. Y es que, como en los primeros, la perspectiva de los tecnófobos le da a la tecnología un lugar central, otorgándole un rol determinante en
la vida del ser humano, esta vez como causa de todos sus males.
Una recta aproximación
consistirá pues en dar a la tecnología el lugar que le corresponde, tomando
distancia de toda posición inspirada en una perspectiva tecno céntrica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario